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Y todo esto en cuatro días!! |
Acabo de volver de una escapada a Bélgica que ha sido fructífera, relajante e intensa a la vez. Era la primera vez que visitaba el país y me ha dejado muy buen sabor de boca, así que habrá que volver. Estos viajes relámpago en los que haces mil cosas, tienes que reflexionarlos luego y apuntarte recomendaciones para el futuro (y para otras gentes), así que puedo decir que lo mejor de lo mejor que he hecho (sin que el orden sirva de preferencia) ha sido:
1. Probar un gofre a lo belga, es decir, sin nada. Es bastante menos aparatoso para ir comiéndoselo por la calle y te integras entre los autóctonos. A ser posible píllalo en un puesto callejero (hay furgo-gofres por todo Bruselas), que es donde menos cuestan. Comerme otro a lo guiri, bien cargado de chocolate para quitarme el gusanillo, que también sienta muy bien.
2. Visitar Think Twice. Una tienda de ropa de segunda mano donde podrás encontrar muchas prendas interesantes a bajo coste, pero de verdad, no como las clavadas que te pegan en Madrid.
3. Comer unas increíbles albóndigas belgas con sirope de Lieja, una auténtica delicia. Gracias a nuestra magnífica anfitriona las probé en casa, acompañadas de una cerveza un tanto extraña que se parecía al Champín, esa bebida que les dan a los niños en Navidad. Imagino que también las puedes encontrar en restaurantes locales.
4. Visitar Brujas, pasear por sus calles y degustar un pedazo de chocolate al corte por el que te soplan tres o cuatro eurazos, pero merece la pena porque pocas veces (o nunca) probarás algo mejor.
5. Pegarme toda una tarde charlando en los sofás de una de las mejores cafeterías/pub que he visto nunca: Goupil le Fol y pedir vino con frambuesa y casis (así dicho parece un poco guarrada pero está muy bueno).
6. Patear y patear por las callejuelas para descubrir sitios de lo más monos.
7. Tomarme una cerveza en una terracita y al solazo de Bruselas.
8. Ir al mercado de Marolles, donde puedes regatear hasta el infinito. A simple vista parece un gran montón de cosas que no sirven para nada, pero está lleno de busca-gangas y doy fe de que hay quien las encuentra.
9. Entrar en un supermercado de allí (es una manía mía) para curiosear un poco...y descubrir un nuevo sabor de patatas: Las japanese teriyaki (sí, están ricas).
10. Comer a orillas del canal de Gante, disfrutando del buen ambiente que se crea en cuanto sale un rayo de sol.
No está mal, no??
No está mal, no??
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